Entre alianzas y divisiones

Lic. Millagros Faggiani [*]

Nota para El Estadista

En medio del debate en el país por la posible incorporación de Juan Schiaretti a la coalición de Juntos por el Cambio, Luis Juez debe mostrarse en Córdoba como una figura opositora sólida. El actual gobernador, por su parte, sigue con una candidatura testimonial que preocupa más a dirigentes que a votantes, pero que le permite seguir en campaña pese a estar en retirada. Se trata de una elección donde el armado político tuvo -y aún tiene- centralidad. Ya sea por el fin de las divisiones internas entre la oposición o por la continuación del tejido de alianzas del oficialismo, para entender la contienda electoral de Córdoba lo mejor es una mirada hacia el pasado.

Tejiendo alianzas y votos con el peronismo cordobés

 

El peronismo cordobés mantiene su hegemonía desde hace ya más de dos décadas. La clave en todos estos años ha sido la capacidad de armado político. Esta contienda electoral, no ha sido la excepción, el candidato a gobernador es Martín Llaryora, intendente de la capital de la provincia. Pero lo interesante en este caso es la alianza que ha puesto como candidata a vicegobernadora a Myrian Prunotto, intendenta de Juárez Celman y de cuna radical. Lo mismo en la capital, donde han incorporado como candidato a viceintendente a Javier Pretto, ex presidente del PRO de Córdoba. Esta es una vieja costumbre que le ha permitido al Partido Justicialista mantenerse en el poder.

En 1998 José Manuel De La Sota logró terminar con un radicalismo triunfante, que venía de gobernar la provincia desde 1983. Pudo hacerlo gracias a su armado político, consiguiendo una coalición integrada por partidos más bien liberales como la Unión del Centro Democrático (UCEDE) y el Partido Demócrata Cristiano (PDC).  Esta alianza política fue formalizada con el sello de “Unión por Córdoba” y obtuvo en las elecciones que por primera vez pusieron a De La Sota como gobernador un 49,59% de los votos frente a un 40,78% que consiguió la UCR.

Desde entonces, el peronismo cordobés ha tejido una serie de alianzas que le han permitido mantenerse en pie hasta el momento. Lo que es más, durante la mayoría de esos años, De La Sota y su principal aliado lograron concentrar el poder sucediéndose mutuamente. Juan Schiaretti, fue vicegobernador en el período 2003-2007, gobernador durante 2007-2011 y nuevamente desde 2015 hasta la fecha. En 2019, era momento para la vuelta de De la Sota, pero debido a un accidente automovilístico fatal en 2018, eso no sucedió.

Si bien en 2019 Schiaretti podía renovar, el escenario necesitaba un giro en la trama. Así, “Unión por Córdoba” se convirtió en “Hacemos por Córdoba”, mostrando una renovación de la alianza. El cambio de nombre y la adopción de Hacemos por Córdoba reflejaron la voluntad de la coalición de presentarse como una fuerza política adaptada a los nuevos desafíos. Esto implicó a su vez, la incorporación de nuevos aliados. Esta vez, más cercanos al centroizquierda como pueden ser el Partido GEN y el Partido Socialista de Córdoba.

El enemigo de mi enemigo, ¿es mi amigo?

Del otro lado, en las filas de Juntos por el Cambio, la historia también marca un buen lente para entender las elecciones del 25 de junio. Luis Juez no es nuevo en la política y su relación con el radicalismo está caracterizada por las idas y vueltas. Después de todo, el comienzo de Juez en la política fue de la mano del peronismo. Su separación se dió recién en 2002, cuando creó el Partido Nuevo contra la Corrupción, por la Honestidad y la Transparencia. Con este partido, ganó las elecciones por la intendencia capitalina en 2003.

Con esta misma plataforma concilió la alianza del Frente Cívico en 2007, mediante la cual peleó por primera vez por la gobernación de la provincia. Este fue un momento de alta tensión con el radicalismo, que presentaba a Mario Negricomo candidato. En ese entonces, Juez denunció a Negri de “candidato tapón” puesto por Schiaretti para consolidar su triunfo. “Divide y vencerás” dice el viejo refrán atribuido a Julio César. Esta es la contracara del peronismo cordobés: una oposición con muchas peleas internas. Tal es así que en 2007, la oposición consiguió más votos que el PJ pero al ir por separado, este mantuvo la victoria.

Algo similar sucedió en 2011, cuando ambas fuerzas volvieron a competir por separado. Esta vez, el candidato a gobernador de la UCR fue Oscar Aguad -suegro del actual candidato a intendente de la capital, Rodrigo De Loredo-. En ese entonces, De la Sota obtuvo 42,60% de los votos, Juez un 29,58% y Aguad un 22,91%. En 2015, parecía que dos derrotas consecutivas habían hecho que los jugadores de la oposición cordobesa aprendieran su lección y el Frente Cívico no presentó un candidato a gobernador. Juez, por su parte, compitió en la capital donde obtuvo el cuarto lugar. De todas formas, y pese a que el peronismo iba dividido por una candidatura del actual Ministro de Industria, Comercio y Minería- De la Sota logró la victoria con el 39,99%.

En las elecciones provinciales pasadas, la división fue aún más profunda. Ya no era entre el Frente Cívico versus la UCR, sino que al interior del radicalismo se bifurcaron grandes grietas. Mientras que Unión por Córdoba se convertía en Hacemos por Córdoba, una parte del radicalismo -liderada por Negri- se separaba en lo que fue “Córdoba Cambia”. La UCR, por su parte, presentó a Ramón Mestre hijo -hasta ese momento intendente de la capital- como candidato a gobernador.

Fueron las peores elecciones de la UCR desde la vuelta a la democracia, donde obtuvo tan solo un 11,88% de los votos. Córdoba Cambia no consiguió un resultado mucho mejor, con un 18,85%. La división del radicalismo le permitió a Schiaretti hacer las mejores elecciones del peronismo cordobés, consiguiendo un 57,39% de los votos. En la capital cordobesa, también Hacemos por Córdoba ganó las elecciones, declarando intendente electo a Martín Llaryoracon el 40,7% de los votos. Del otro lado, Córdoba Cambia presentó como candidato a Luis Juez que obtuvo un 21,68% y la UCR a Rodrigo De Loredo, que consiguió un 19,37%.

 

Volviendo al 2023


Este historial de divisiones es lo que hizo tan importante la declaración de De Loredo, el jugador actual de la UCR con más potencial, en la que comunicaba que no iba a presentarse como candidato a gobernador. Reforzó en cambio, su apoyo a Luis Juez, dándole la mano del radicalismo para terminar con el gobierno del PJ. Por eso también fue un alivio en la casa de gobierno que el yerno de Aguad no se presentase como candidato a vicegobernador. Porque una fórmula Juez-De Loredo, hubiera representado la unión de una oposición fortalecida, frente a un candidato del peronismo aún tambaleante. En cambio, en el contexto actual y con dos fechas distintas para la elección, las campañas de Juez y De Loredo parecieran caminar en paralelo.

A su vez, y pese a la unión al interior de la provincia, el debate nacional por la incorporación de Schiaretti en Juntos por el Cambio no deja bien parados a los jugadores locales de la oposición. Especialmente si tenemos en cuenta que un gran porcentaje del electorado cordobés vota al peronismo en la provincia y a la coalición opositora a nivel nacional. Además, esto le permite al gobernador seguir haciendo campaña. Quedará por verse si realmente tiene un lugar en el armado nacional que le dé un camino por dónde seguir cuando termine su mandato, o si es como en muchos otros casos una mera candidatura testimonial. Lo cierto es que mientras tanto, y por lo menos hasta el 25 de junio, Schiaretti sigue jugando.

[*] Milagros Faggiani es Lic. en Ciencia Política (UCC). Coordinadora del Área de Comunicación Política en Analítica 427. Ha participado en el diseño e implementación de la estrategia de comunicación política digital en numerosas campañas electorales de nivel local y regional, en Argentina y América Latina. Autora de numerosas notas de opinión y artículos académicos vinculados a la participación política, la comunicación y la perspectiva de género.