Corrientes se suma a la ola de la paridad
Lic. Milagros Faggiani [*]
Nota para Diario Perfil.
Corrientes en una jornada histórica aprobó la paridad de género para todos los cargos legislativos. Se trata de una de las tres provincias que quedaban sin esta ley que garantiza la entrada de más mujeres a los parlamentos.
Corrientes en una jornada histórica aprobó la paridad de género para todos los cargos legislativos. Se trata de una de las tres provincias que quedaban sin esta ley que garantiza la entrada de más mujeres a los parlamentos. Está estudiado que existen múltiples barreras para que las mujeres entren a los puestos de poder: reciben menos financiamiento, son puestas como candidatas en situaciones poco favorables, tienen que enfrentar estereotipos, etc. Es por esto que se habla de los techos de cristal con los que las mujeres lidian día a día para ocupar espacios de liderazgo. La paridad viene a romper esos techos y abrir caminos a aquellas que se animan a adentrarse en la política.
Es un avance de lo que se conoce como “el cupo”. Esta medida establece un porcentaje de mujeres que deben ir a las listas electivas. La norma anterior de Corrientes, por ejemplo, decía que las listas de candidatos y candidatas que se presentaran a elecciones debían tener mujeres en un mínimo del 30% de las candidaturas y en proporciones con posibilidad de resultar electas. Pero la ambigüedad de “la posibilidad de resultar electas” resultaba en que en muchos casos los primeros puestos quedaban para varones y las mujeres tenían sólo los últimos lugares.
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Es lo que Flavia Freidenberg y Mariana Caminotti mencionan como “válvulas de escape”, aquellas situaciones donde es posible que la normativa no se aplique y/o que algunas candidaturas queden exentas a la misma. Son estos escapes a la presión que establece la norma, donde la participación de las mujeres se diluye llegando a perderse o eclipsarse. Entonces, si de por sí el 30% de las bancas es poco teniendo en cuenta que el 50% de la población son mujeres, las válvulas dan lugar a un margen de maniobra que permite que ni siquiera se llegue a ese número.
Es por esto que en muchos países y muchas provincias se cambió del cupo a la paridad. Estas leyes cambian la exigencia del porcentaje de mujeres en las listas del 30 al 50% de los escaños. Pero además, suelen incorporar la alternancia en los puestos, que no es ni más ni menos que las listas tengan que, valga la redundancia, alternar entre un varón y una mujer desde inicio a fin. Esto permite no sólo que entren más mujeres a las listas por el aumento del porcentaje sino además porque habilita una distribución más equitativa de las bancas.
En las provincias que se está llevando a cabo, no sólo fueron más las mujeres que se candidatearon sino también las que pudieron entrar efectivamente a las legislaturas. Lo mismo sucedió en nación cuando en 2017 se realizó esta modificación. Además, como reza la famosa frase de Florentina Gómez Miranda: “Cuando entra una mujer a la política, cambia la mujer. Cuando entran muchas mujeres cambia la política”. Y así lo muestran diversas investigaciones que muestran que las mujeres aportan nuevas dinámicas a la labor legislativa. Por ejemplo, Tiffany Barnes realizó un estudio en el que demostró cómo las legisladoras argentinas aportan una lógica más colaborativa al interior de las legislaturas provinciales. La dificultad de legitimar sus liderazgos hace que sean más propensas a trabajar en equipo y buscar más consensos.
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También esta autora ha estudiado cómo la inclusión de mujeres aporta al recambio político en general dentro de las cámaras. La incorporación de mujeres a la política implica un aporte de diversidad, no sólo de mujeres sino también de varones. En un principio estos lugares de las listas pueden ser ocupados por “las esposas de”, “las hijas de” y otras que sean cercanas de los líderes políticos y puedan ser “obedientes” al mandato de su padrino político. Pero eso no se queda ahí, sino que la necesidad de seguir sumando mujeres cambia las formas de reclutamiento político y abre puertas a nuevas caras para la política e ineludiblemente, nuevos liderazgos.
Así, Corrientes se suma a esta ola de paridad en la que Argentina es un ejemplo. Casi todas las provincias de nuestro país ya tienen paridad con alternancia. Con esta incorporación sólo Tucumán y Tierra del Fuego han quedado atrás con leyes de cupo. Por supuesto, queda por delante mucho más: que sean más mujeres las que encabecen las listas, que también logren presidir comisiones estratégicas al interior de las legislaturas y que este avance de las mujeres también se replique en los gabinetes ejecutivos y en la justicia. Sin embargo, por hoy, las mujeres en Argentina festejamos este nuevo logro de la política que le sigue abriendo puertas a futuras candidatas. Pero ya mañana, seguiremos luchando por nuevos y más representativos espacios de poder.
[*] Milagros Faggiani es Lic. en Ciencia Política (UCC). Coordinadora del Área de Comunicación Política en Analítica 427. Ha participado en el diseño e implementación de la estrategia de comunicación política digital en numerosas campañas electorales de nivel local y regional, en Argentina y América Latina. Autora de numerosas notas de opinión y artículos académicos vinculados a la participación política, la comunicación y la perspectiva de género.