¿Cómo pensar estratégicamente una campaña local? Algunos consejos

Lic. Leandro Graglia [*]

Nos encontramos en una fase de intensa actividad política, donde los ánimos se encienden y la pasión se desborda. Y no es para menos, ya que estamos en pleno proceso electoral, donde se decidirá el futuro de nuestro país, la elección de nuestro próximo presidente o presidenta.

Pero eso no es todo, porque ya hemos tenido elecciones provinciales que han marcado un precedente en cuanto a estrategias de campaña y comunicación política. Un ejemplo de esto son las elecciones en Misiones, Jujuy y La Rioja, que se llevaron a cabo el día 7 de mayo, y las que se realizaron en La Pampa, San Juan, Salta, Tucumán y Tierra del Fuego el 14 del mismo mes. Estas elecciones son, definitivamente, una oportunidad para aprender de las experiencias pasadas y aplicar nuevos conocimientos.

En este contexto, es importante reflexionar sobre algunos aspectos claves para diseñar e implantar campañas electorales exitosas. Es el momento de ordenar las ideas y pensar en estrategias efectivas que permitan conectar con los ciudadanos y presentarles nuestro proyecto político. Porque, en definitiva, la clave del éxito radica en conocer las necesidades y deseos de la sociedad, y transmitirles un mensaje claro y coherente que genere confianza y credibilidad.

En conclusión, estamos viviendo un momento de efervescencia política que nos exige estar a la altura de las circunstancias. Las elecciones provinciales y la campaña nacional nos brindan la oportunidad de demostrar nuestra capacidad para liderar y transformar nuestro país. Es momento de trabajar duro y con determinación para lograr nuestro objetivo, y dejar huella en la historia de nuestra nación.

 

Pensá en tus objetivos. Ojo, las campañas no son siempre para ganar. ¿O sí?

 

En el mundo de las campañas electorales, hay mucho más de lo que se ve a simple vista. Si bien es cierto que el objetivo más evidente es ganar las elecciones, hay otros fines que pueden ser igual de importantes. Por eso, es fundamental que los candidatos y los equipos de campaña se tomen el tiempo necesario para reflexionar y definir claramente los objetivos que buscan alcanzar.

Y es que, como Jano, esa diosa de la mitología griega que miraba hacia el pasado y hacia el futuro, debemos aprender a ampliar nuestros horizontes temporales. No podemos pensar que todo termina en esta elección. Al contrario, es necesario tener una perspectiva de mediano y largo plazo.

De esta forma, nos daremos cuenta de que la campaña puede servir para muchos otros fines además de ganar la elección. Por ejemplo, puede ser una oportunidad para aumentar la visibilidad de nuestro candidato y darlo a conocer ante un público más amplio. O bien, puede ser una forma de fortalecer una posición interna dentro del partido.

Pero también puede ser una herramienta para fraccionar, para movilizar a los votantes a favor de otras candidaturas o para generar un debate público sobre temas importantes para la sociedad. En definitiva, las campañas electorales son un espacio único para dar forma y estructurar los proyectos políticos y para establecer los objetivos a largo plazo.

 

Arrancá por un buen diagnóstico. Esto incluye los estudios de opinión pública… pero no termina ahí

 

Como rezaba el oráculo de Delfos, es esencial conocerse a sí mismo, y en eso se encuentra habilidad de contar con una percepción concienzuda del lugar donde uno está parado. En eso, es fundamental trabajar a partir de un diagnóstico que incluya estudios de opinión publica, encuestas y focus group, mas sería un error limitarse a ellos.  

Los relevamientos de opinión publica nos proporcionan información muy valiosa sobre cómo los votantes perciben a los candidatos, cuáles son sus preocupaciones, intereses, orientaciones, si tienen predisposición al cambio o están cansados, lo que desean, sienten y como están dispuestos a votar en función de eso. Que quede claro: entrar a la campaña sin estos elementos es entrar completamente ciego.

Sin embargo, no es suficiente con dichos relevamientos de opinión, sino que es clave estudiar las características socioeconómicas del electorado y la matriz cultural de la región, ya sea para campañas a nivel país, ciudad o pueblo. Esto nos va a dar información muy valiosa sobre quiénes son los actores, sus prácticas sociales y necesidades prioritarias, valores y creencias, todos elementos útiles para desarrollar mensajes y estrategias de campañas más efectivas. Además, es importante conocer la historia social y política del electorado, especialmente cómo vienen votando en elecciones anteriores, cuales son las características del territorio, cómo está compuesto el mapa de medios con el que vamos a interactuar y qué presencia digital tienen los políticos.

En resumen, los relevamientos son importantes, pero no suficientes por sí mismos, por eso es esencial complementarlos con información sobre las características socioeconómicas y la matriz cultural del territorio.

 

Encontrá y transmití tu motivación. El por qué detrás de la candidatura… Y de toda la política ¿Lo tenés claro?

 

Encontrar nuestro propósito, nuestro porqué, es una de las claves más importantes para conectar emocionalmente con los votantes y establecer una marca personal distintiva. Como Simon Sinek lo expresó, las personas siguen a líderes que tienen una visión clara y una pasión profunda por lo que hacen, y esto también se aplica en política. Los votantes respaldan a aquellos políticos que tienen una conexión más clara y coherente del propósito de la candidatura, una visión del mundo que quieran construir, un sueño en el que distintas personas puedan coincidir.

Al tener una visión clara detrás de la candidatura y al proponerla a la sociedad, un candidato o un partido puede intentar conectar con los votantes que tienen ese mismo sueño para su ciudad, aunque no estén de acuerdo con cada punto de las propuestas. Así, se puede inspirar no solo a prestar el voto, sino también a ser partícipes más activos de la campaña. Además, por qué también ayuda a los candidatos a diferenciarse de sus competidores y establecer su propia marca personal, creando una narrativa coherente y afectiva que los diferencia de los demás y les permite ser fácilmente reconocidos.

En resumen, encontrar nuestro propósito, nuestro porqué, es fundamental para conectar emocionalmente con los votantes y establecer una marca personal distintiva. Al tener una visión clara detrás de la candidatura, se puede inspirar a los votantes a ser partícipes más activos de la campaña y diferenciarse de los competidores.

 

¡Usá inteligentemente tus recursos! Armá agendas de acción y planes de comunicación ¿Sabés cómo?

 

En el cuarto lugar de nuestras claves para una campaña exitosa, encontramos la necesidad de trabajar de manera acumulativa, teniendo en cuenta que todos los recursos que tenemos a nuestra disposición son finitos y escasos, empezando por el tiempo y la atención de los ciudadanos. En un mundo híper conectado, donde las personas reciben estímulos de todo tipo a través de múltiples plataformas, resulta difícil lograr que alguien que no nos sigue se convierta en votante o militante de nuestra causa con una sola acción de campaña. Por lo tanto, debemos entender que la clave no está en la intensidad de nuestras acciones, sino en su consistencia.

Es crucial definir mensajes claros y transmitirlos de manera sistemática, coherente y constante a lo largo de toda la campaña y en todas nuestras plataformas. Para lograrlo, es necesario seguir ciertos pasos técnicos, y el primero de ellos es definir una estructura discursiva que se base en el diagnóstico previo, en el conocimiento de nosotros mismos y de nuestros valores, para encontrar un mensaje que se ordene en una estructura que apele a la emoción y que incluya propuestas racionales. Este mensaje debe ser lo suficientemente flexible como para adaptarse a todas las situaciones y ordenar toda la campaña.

Es en una sola carilla donde se escriben y desarrollan los conceptos centrales de este mensaje, para que a partir de ahí se genere toda la artillería comunicacional con la que vamos a transmitir nuestra propuesta. Debemos entender que la campaña es un proceso acumulativo y que cada acción que realicemos debe sumar y reforzar lo que ya hemos construido, para así lograr una base sólida de apoyo. Sólo de esta manera podremos enfrentar un contexto de recursos escasos y volátiles con una estrategia consistente y efectiva.

 

Ordenate, armá equipos y sé disciplinado. La organización vence al tiempo…

 

Ahora bien, en este punto de la planificación de nuestra campaña, tenemos que pensar en la tecnificación de los cómo, es decir, cómo vamos a llevar adelante los porqués que nos planteamos. En ese sentido, nuestra campaña debe contar con dos herramientas fundamentales que nos permitan llevar a cabo nuestras estrategias con eficacia: una agenda de acción y un plan de comunicación.

La agenda de acción será nuestra hoja de ruta en la que se plasmarán todos los eventos de alto, mediano y bajo impacto que tenemos que llevar a cabo a lo largo del tiempo de la campaña. En ella se incluirán todas las actividades que generen movimiento en el territorio, conversaciones con los militantes, visitas a instituciones, relaciones con nuestros dirigentes y todo aquello que nos permita alcanzar nuestros objetivos.

Por otro lado, el plan de comunicación será la herramienta que nos permitirá definir qué vamos a decir y comunicar en cada momento de la campaña, y cómo lo vamos a hacer. Este plan debe ser diseñado para operar a lo largo de toda la campaña, plasmándose en las diferentes plataformas y respetando las lógicas y los patrones de consumo que tenga cada una de ellas, ya sean redes sociales, medios masivos, medios digitales o tradicionales.

Es importante tener en cuenta que el candidato o la candidata no puede hacer todo solo. Por ello, es fundamental trabajar con equipos que nos permitan tener diferentes habilidades y background de conocimientos, tales como publicistas, politólogos, sociólogos, economistas, comunicadores, encuestadores, y todos aquellos que nos permitan no sólo ganar las elecciones, sino también pensar en la propuesta que le queremos hacer a la sociedad.

Para ello, es importante trabajar con una estructura orgánica que cuente con jefes de campaña, jefes de territorio, de comunicación, de publicidad y todos los demás roles que se requieran en una campaña. Solo así podremos llevar adelante una campaña exitosa y lograr que nuestros objetivos se cumplan de manera efectiva.

[*] Leandro Graglia es Lic. en Ciencia Política (Universidad Católica de Córdoba-Premio Universidad). Doctorando en Ciencia Política (Universidad Nacional de San Martín). Director Ejecutivo de Analítica427. Autor del libro “Política, gestión y comunicación: hacia el desarrollo y la legitimidad en democracia” (Fundación Konrad Adenauer, 2020). Docente e investigador del Instituto de Ciencias Estado y Sociedad (ICES). Secretario de Relaciones Institucionales de la Asociación Argentina de Consultores Políticos (ASACOP) y Director de la Filial Córdoba de la Asociación Civil Estudios Populares (ACEP).

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