Adentrarse en Twitch: un nuevo desafío para la comunicación política

Una de las principales preguntas a la hora de planificar nuestra comunicación es por cuáles canales transmitiremos nuestro mensaje a nuestro público objetivo. En muchas ocasiones, sabemos qué queremos decir y a quién queremos decírselo, pero cómo hacerlo se nos dificulta. Especialmente cuando tenemos una multiplicidad inabarcable de opciones. Hoy por hoy, existe una maraña de plataformas sociales que es difícil entender. Hace solo unos años, consultores intentaban entender y descifrar Snapchat y ya cuando pensaban que lo tenía controlado, apareció el fenómeno TikTok para arrasar con todo. Instagram no se quedó atrás e incorporó nuevas herramientas como los reels y nuevas plataformas siguen surgiendo de las profundidades del internet. ¿Cómo aprovechar el potencial audiovisual que nos brindan estas nuevas formas para lograr cautivar a los y las jóvenes?

En el último tiempo, la red que se destacó dentro del abanico de opciones fue Twitch, una plataforma para hacer streaming o twitchear. En el año pasado, algunos de los principales políticos y políticas del país dieron uso a esta plataforma: Alberto Fernández, María Eugenia Vidal, Horacio Rodríguez Larreta y Javier Milei son algunos ejemplos de ello. Pero también figuras internacionales como Boris Johnson, primer ministro del Reino Unido, o Jacinda Ardern, primera ministra de Nueva Zelanda, han intentado colarse en la dinámica de esta plataforma que atrae a los más jóvenes.

Luego de una exploración de cada uno de estos ejemplos -y algunos otros que les iré mencionando-, podemos sacar algunas conclusiones sobre sus errores y aciertos. Como en la mayoría de las redes sociales, gran parte de su aprendizaje es a base de prueba y error. Sin embargo, conocer las experiencias previas nos permite no caer en los mismos errores que quienes ya lo han intentado y aprovechar el potencial que otros ya han descubierto en cada red.

Pero antes, algunas nociones básicas. Twitch es una plataforma en la cual las personas, conocidas en la red como streamers, realizan transmisiones en vivo para que otros puedan verlas e interactuar instantáneamente con ellas. Es una red principalmente de gamers, personas que juegan videojuegos en línea mientras conversan con los viewers (quienes miran la transmisión y comentan). En el último tiempo, como hemos visto, otros actores también han aprovechado el potencial de la red y aparecen nuevos formatos en ella. Por todo lo anterior, ofrece muchas facilidades para las transmisiones: desde el chat en vivo para lograr el diálogo casi cara a cara (o pantalla a pantalla para ser más exactos) con la comunidad, hasta la posibilidad de usar otras aplicaciones mientras se está viendo el vivo.

Se destaca por ser una red donde las principales personas usuarias son jóvenes, se calcula que el 73% tienen entre 16 y 34 años. Es por esto que en la mayoría de los casos, los políticos que han utilizado la red buscaban conectar este público específico, interactuando con los referentes de la plataforma e intentando usar su lenguaje.

El lenguaje, es fundamental en Twitch. Quienes participan allí, logran generar una comunidad virtual, en la que personas con similares intereses, conectan entre sí. Esto involucra también, el uso de ciertos modismos. No quiere decir esto que cualquier político o política que use la plataforma deba aprenderlos, pero sí, de mínima, conocerlos, entender lo que le están diciendo. Porque ante todo, es un medio de comunicación donde prima el diálogo, la interacción minuto a minuto.

Es por esto que no tiene sentido, por ejemplo, reproducir una conferencia de prensa de la misma manera que se hace en Youtube. El gobierno y el parlamento del Reino Unido, por ejemplo, tienen cada uno su propio canal. Sin embargo, en ambos casos, vemos que no hay una adaptación del contenido a la red ¿qué sentido tiene en este caso sumar otra plataforma a nuestra estrategia comunicacional?

Los usuarios de Twitch están acostumbrados a la intimidad, a ver a sus referentes de una forma más real y auténtica. Cuando vemos a Ibai (el streamer y relator de eSports español que está entre los usuarios mejores pagos de la red) jugando un video juego en línea, lo encontramos en un contexto informal con el que nos podemos identificar. Nos podemos reconocer en su asombro cuando sucede algo inesperado, en su frustración cuando va perdiendo o en su alegría al ganar. En una red en la que las emociones reinan, no podemos ofrecer el mismo contenido que en una conferencia de prensa. O no al menos si queremos aprovechar su potencial.

En contraposición, es una red con gran capacidad para las entrevistas. De hecho, este es uno de los formatos que más es utilizado. Tanto Alberto Fernández como Mauricio Macri, para mencionar algunos ejemplos, han hecho uso de esta modalidad. Sin embargo, aparecen algunas diferencias que es bueno destacar. El primero, no apareció en un canal propio sino en la transmisión de Pedro Rosemblat, un youtuber que ya hacía uso de Twitch. En cambio, Macri apareció en el canal del PRO. Esto es importante tenerlo en cuenta, porque la cantidad de seguidores de ambas cuentas, y el alcance que tienen, es diferente. Mientras Pedro Rosemblat tiene 15,2 mil seguidores, el canal del PRO solo tiene 1200.

En general, quienes más visualizaciones consiguen, son los actores que como el presidente, consiguen aliados en la plataforma. La primera ministra neozelandesa hizo lo mismo durante la pandemia, visitó el taller de un jóven carpintero del país que conseguía una gran cantidad de viewers en su su cuenta. Podemos ver allí a la mandataria en un formato más relajado, hablando sobre sus apodos y reconociendo el trabajo del artista e incluso colaborando con él. También Javier Milei intentó esto cuando realizó un streaming junto a Julián Serrano, donde el en ese entonces candidato contaba anécdotas de su infancia, su formación en su juventud y charlaba de una manera muy amena con el influencer. E incluso, Alexandria Ocasio Córtez, el ejemplo por excelencia del uso de Twitch en política, en muchos de sus vídeos invita a influencers para dialogar con ellos en sus transmisiones.

Otra dinámica que tanto Ocasio Córtez como el legislador español Iñigo Errejón han utilizado, es la de aprovechar para tener un diálogo más directo con las personas. El caso del parlamentario europeo, por ejemplo, se dio para poder tener una conversación sobre un tweet polémico que había publicado. Su vídeo obtuvo 2700 visualizaciones, un número alto si lo comparamos con lo que obtienen otros políticos en la red. Por 40 minutos, se dedica a leer los comentarios en el chat, a responder las preguntas que le realizan, incorporar sus aportes y refutar las ideas que cree convenientes. Para ello, se destaca una facilidad que ofrece una plataforma diseñada para este tipo de interacciones: los comentarios que responde, aparecen en la pantalla, permitiéndonos entender de qué habla y a quién le habla.

Algunos actores políticos, más osados todavía, realizan esto mientras juegan online. Se mimetizan con el contenido típico de la plataforma pero aportando un diálogo político. Así comenzó Ocasio Córtez cuando jugaba al among us de manera virtual en la pandemia. Pero también lo han intentado en otras partes del mundo como en Suecia, donde el diputado Riksdags Rickard, juega en vivo mientras va respondiendo preguntas relacionadas con la actividad parlamentaria de su país. Se destaca además, por su labor en lo referido a e-sports, deportes virtuales, por lo que la plataforma le permite conectar directamente con personas que están interesadas en su área de trabajo.

Resumiendo todo lo anterior, podemos identificar algunas cuestiones a tener en cuenta si queremos aprovechar el potencial de la red. En primer lugar, debemos saber que nos encontraremos con un público jóven, que maneja un lenguaje que es importante que conozcamos si queremos entenderlos. En segundo lugar, es una plataforma que premia la frescura, por lo que debemos ir preparados para un formato distendido en el que hablemos no solo de política sino de cuestiones personales, donde los usuarios puedan reconocerse con nosotros. En tercer lugar, es un espacio donde prima el diálogo, la red nos ofrece facilidades para que debatamos con quienes nos están viendo e incluyamos sus aportes en nuestro discurso. Finalmente, si queremos tener mayor alcance en la red, contar con aliados dentro de ella será fundamental y nos abrirá camino para llegar a más personas.

* Milagros Faggiani es Licenciada en Ciencia Política por la Universidad Católica de Córdoba. Es asistente de proyectos en el equipo de Comunicación Estratégica de Analítica427. Se encuentra vinculada fundamentalmente al trabajo en comunicación política, la participación ciudadana y perspectiva de género.